Krishnamurti : ¿Por qué es tan fácil, tan común, caer en la falta de atención? Eso es lo que sucede todo el tiempo. Para ser conscientes de lo que sucede dentro y fuera de nosotros, ¿debe haber alguien que nos lo recuerde?
El hábito no hace al monje; ponerse las ropas que usa el monje no nos hará un santo. Si la ropa nos recuerda que debemos estar siempre atentos, entonces dependemos de la ropa, pero sin estas prendas externas, ¿podemos estar atentos sin caer en la falta de atención?
El estar atento, cualquiera que sea su significado, ¿debe cultivarse, desarrollarse con la práctica, diciendo o reflexionando sobre el estar atento, o bien dependiendo de alguna cosa que constan temente nos lo recuerde, ya sea una foto, un cilicio, algo tan incómodo que siempre mantenga este recuerdo de que debemos estar atentos? De modo que vamos a descubrir lo que significa estar atento.
No podemos saber todo lo que sucede en el mundo: lo que hacen los políticos, lo que hace el servicio secreto, el ejercito o los científicos; tampoco sabemos lo que hacen nuestros vecino, ni sabemos lo que hace nuestra esposa o marido en su interior; uno no puede saberlo todo, pero puede saber o ser consciente de lo que sucede en nuestra propia vida interior. Ahora bien, ¿es ese movimiento interno diferente del movimiento externo? ¿Es lo externo --la contaminación, la corrupción, las trampas, el engaño,
la hipocresía, la violencia-- muy diferente de nuestro fuero interno? ¿O es algo en constante movimiento, como las mareas que suben y bajan? ¿Podemos ser conscientes de este movimiento, verlo y observarlo? ¿En el proceso de observar este flujo, este movimiento unitario, podemos realmente elegir?
¿En este movimiento unitario se basa el estado de atención en la elección? ¿Puede uno observar este movimiento --que es uno mismo y el mundo, porque el mundo es uno mismo-- sin opción
alguna?
Esa observación es estar atento, la cual no es necesario cultivarla, no hace falta que nadie nos la recuerde, ni tampoco libros o videos. Una vez que vemos por nosotros mismos la verdad de que este movimiento externo y el movimiento interno son en esencia similares, no necesitamos ningún recordatorio.
Es el mismo movimiento que creó el mundo, la sociedad, el ejercito, la marina, los científicos, los políticos; uno es ese movimiento. ¿Podemos de una forma seria y sin engañarnos, profundizar muy hondamente en ese estado de atención, sin elección, en esa observación sin ninguna dirección? Uno debe estar tremendamente alerta.
De manera natural la atención no puede ser constante, pero ser consciente de que no es constante es darse cuenta de falta de atención. Ser consciente de la falta de atención es atención. No sería razonable o sensato decir: " Estaré alerta desde el momento en que me despierte hasta el momento en que me vaya a dormir." No podemos, a menos que seamos neuróticos o lo tomemos como una práctica, decir:" Estaré atento, estaré atento", porque entonces se convierte en palabras sin ningún significado.
Pero si vemos que la atención, el darse cuenta, no puede mantenerse todo el tiempo --lo cual es un hecho--, entonces la falta de atención, el no prestar atención, tiene su importancia, tiene su validez, porque en la falta de atención descubrimos que no estamos atentos."